¿Por qué es necesaria el agua?

El agua, junto con la flora, es el otro recurso imprescindible para las colmenas.
Las necesidades son muy variables, dependen de la humedad relativa ambiente y de la tasa de pérdida de humedad de los insectos, ya sea por la cutícula, por el sistema excretor o por el sistema respiratorio, pero es absolutamente crucial en los meses de altas temperaturas, ya que una colmena puede llegar a consumir 250-500 ml de agua al día o incluso más (no se conoce con exactitud).
En pleno verano, 
cuando la temperatura exterior se eleva, la interior tiende a superar los 35 °C y es necesario asegurar una regulación térmica. Esto únicamente lo consiguen evaporando agua con las alas en el seno de la cámara de cría. Además, con esta evaporación refrescará los panales de cera que pueden reblandecerse y caer o unirse unos con otros por el excesivo calor.
El acarreo de agua a la salida del invierno 
anuncia el aumento de la cría. Tanto las abejas adultas como las larvas necesitan importantes cantidades de agua. Para la alimentación larval se utiliza mucha agua, especialmente durante la fabricación de la jalea real. También para el pan de abeja, así como para diluir la miel.

En definitiva, deben tomar agua frecuentemente para sobrevivir, ya que es un elemento fundamental en la alimentación y en la refrigeración de la colonia.

Foto. Abeja bebiendo agua.


Fuentes de agua
Las abejas obtienen agua a través del néctar y además realizan viajes especiales de recolección para obtenerla de las gotas de rocío en las plantas, encharcamientos u otras fuentes cercanas.
Lo mejor es disponer un punto de agua fresca cerca de las colmenas, 
pero si el apiario no tiene una fuente de agua cercana el apicultor habrá de proveerla. Se puede colocar agua permanente a algunos centenares de metros, pero no más lejos.
Podemos proveerlas de bebederos. 
Lo importante es que el agua no sea profunda de modo que no se ahoguen al ir a beber y que esté bajo sombra y cubierto para evitar su contaminación con excrementos de las abejas vuelos portadoras de nosemiasis en sus vuelos de limpieza. Hay firmes sospechas de que la contaminación con nosema se ve intensificada muchas veces por fuentes de agua que ha quedado estancada, tales como lugares de poco drenaje en la cercanía del apiario.