Las obreras también producen varios tipos de feromonas:

  • De las glándulas de Nasanoff: emitida por la glándula de ese nombre, situada en el penúltimo anillo dorsal, y claramente visible, sobre todo en primavera, cuando hay más abejas jóvenes, en las piqueras, después de una perturbación en la colonia (ahumado, manejo…). Orienta a las obreras hacia su colonia, y cohesiona el grupo de abejas durante la enjambrazón, porque, aunque tiene una base aromática común, cada colonia ajusta su composición a una mezcla de sustancias químicas ligeramente diferente, que la individualiza.

    Está formada por 7 compuestos, los mayoritarios son citral y geraniol.
  • De las glándulas de Arthart: emitida por las glándulas de ese nombre situadas en las patas. Marca la piquera identificando la colmena para las obreras. Actúa en sinergia con la glándula de Nasanoff, potenciándose mutuamente.
  • De alarma: en el aparato venenífero, completa el sistema defensivo de la abeja, marcando como diana de su agresividad la zona donde ha habido picada. Algunas abejas de algunas colmenas también la pueden dispensar con las alas, por eso, a veces, podemos oler el veneno al manipularlas. Hay más producción de esta feromona en las abejas viejas, mayores de 28 días, y con temperaturas altas. Es una mezcla de 15 componentes, el mayoritario es el acetato de isoamilo.

Imagen. Abejas en la piquera.


  • De inhibición del pecoreo: producida por las abejas viejas, que provoca en las abejas jóvenes un retraso en el momento en que comienzan a salir al campo, graduando así la relación nº de abejas viejas/nº de abejas jóvenes. Cuando no hay entrada de néctar más abejas jóvenes pasan a ser viejas y al pecoreo.
  • De la danza: producida por las abejas que localizan una fuente de alimentos y danzan en los panales, para indicar su posición a las otras. Hace que las pecoreadoras se sientan estimuladas a ir a por comida.
    Está formada por la mezcla de 4 componentes.